La menopausia es un acontecimiento natural en la vida la mujer. No hay forma de evitarla. Se trata de una etapa más, determinada por nuestra constitución genética. Es también un mecanismo de defensa del organismo.

El estado físico, mental y emocional en el que entremos en esta nueva etapa es determinante a la hora de afrontar los cambios que la rodean. La década antes de entrar en la menopausia es el período crítico donde la mujer debe “invertir” en su salud para asegurarse de llegar a esta etapa de madurez en las mejores condiciones en términos de estado saludable, con un buen estado de los huesos y una buena condición cardiovascular. La dieta saludable, el control de peso, el ejercicio, los chequeos regulares, la reducción de la exposición a toxinas, como el tabaco, permiten un equilibrio sano entre mente y cuerpo.

En definitiva, la mujer de hoy puede enfrentarse a esta nueva etapa de su vida con la seguridad de encontrar medios a su alcance para disminuir los aspectos negativos de la menopausia y disfrutar de sus aspectos positivos.

¿EN QUÉ CONSISTE LA MENOPAUSIA?

Durante la menopausia, los ovarios de una mujer dejan de producir óvulos y el cuerpo produce menos hormonas estrógeno y progesterona. 

Los estrógenos son hormonas sexuales esteroideas producidas por el ovario y en menor grado por las glándulas adrenales. La acción de los estrógenos mantiene el nivel de colesterol bajo, ayuda a la distribución de la grasa corporal, regula la libido y promueve la reabsorción ósea, entre otros beneficios.

La progesterona actúa en el sistema nervioso central; puede influir sobre la temperatura del cuerpo, al tiempo que estimula los centros respiratorios, incrementando la frecuencia de la ventilación pulmonar.

Debido a la disminución del nivel de estas hormonas, se producen en el organismo de la mujer cambios importantes que es lo que originan los temidos desarreglos.

SÍNTOMAS A PREVENIR

Además de los evidentes síntomas físicos como la retirada de la menstruación y los sofocos, nos centramos aquí en aquellos otros síntomas que, bien diagnosticados y tratados, pueden ayudar a prevenir algunas enfermedades propias de la mujer madura.

1.- Alteraciones psicológicas: destacan en este grupo los cambios en los hábitos del sueño con insomnio frecuente. También podemos observar irritabilidad, estado de ánimo depresivo, ansiedad, dificultades de concentración, disminución de la libido, etcétera.

2.- Alteraciones cutáneas: disminuye el grosor de la piel y su elasticidad, y presenta una mayor sequedad, pudiendo producirse picor.

3.- Enfermedad cardiovascular: se origina un incremento de la incidencia de la enfermedad cardiovascular (infarto, angina de pecho, hipertensión, arteriosclerosis…) debido a la disminución de los estrógenos, que ejercen un papel de protección de estas patologías por su acción vasodilatadora y antiaterogénica.

4.- Osteoporosis: se trata de una enfermedad caracterizada por una baja masa ósea y una alteración de la estructura del tejido óseo, que provoca un aumento de su fragilidad y, por lo tanto, un mayor riesgo de fractura.

La manifestación más importante de la osteoporosis (presente en el 5-10% de las mujeres) es la aparición de fracturas óseas, principalmente a nivel de la columna vertebral y el fémur (cadera). Pero también puede manifestarse por dolores articulares, disminución de la talla por aplastamientos vertebrales, etcétera.

En próximas publicaciones ofreceremos consejos para prevenir algunos de estos efectos.