¿QUÉ ES LA OSTEOPOROSIS ?

¿QUÉ ES LA OSTEOPOROSIS ?

¿Qué es la osteoporosis?

La osteoporosis es una enfermedad que se caracteriza por una disminución de la densidad de los huesos a causa de la pérdida del tejido óseo normal. Esto conlleva una disminución de la resistencia del hueso frente a los traumatismos o la carga, con la consiguiente aparición de fracturas.

El hueso es un tejido vivo, en constante renovación. Por un lado, se forma hueso nuevo (formación ósea), y, simultáneamente, se destruye hueso envejecido (reabsorción ósea).

Aparece osteoporosis cuando se rompe el equilibrio entre ambas, bien porque disminuya la formación de hueso nuevo, o bien porque aumente la reabsorción, o por ambas causas simultáneamente.

En la osteoporosis los huesos se vuelven más porosos, aumentado el número y la amplitud de las celdillas que existen en su interior. Están más delgados y frágiles y resisten peor a los traumatismos, fracturándose con facilidad. Las localizaciones más frecuentes de fracturas osteoporóticas son: muñeca, cadera y vertebras.

¿Cuáles son los síntomas de la osteoporosis?

La osteoporosis no produce síntomas, no duele ni causa ninguna alteración en sí misma. Sin embargo, al producirse gran fragilidad en los huesos, aparecen con gran frecuencia fracturas óseas, que son las que condicionan los síntomas en estos enfermos.

Las fracturas más frecuentes en la osteoporosis de la mujer postmenopáusica son las fracturas vertebrales, que producen dolores muy agudos en la espalda y condicionan la aparición progresiva de deformidades de la misma, fundamentalmente disminución progresiva de la talla por aplastamientos vertebrales. Este dolor puede dar paso a un dolor sordo y más continuo, producido por microfracturas, y que muchas veces es el síntoma que lleva al diagnóstico.

La osteoporosis del anciano produce típicamente fracturas en los huesos largos, sobre todo en la muñeca, y más aún en el fémur, siendo la responsable de las típicas fracturas de cadera de las personas mayores.

Síntomas más habituales de la osteoporosis:

1. Fracturas vertebrales.

2. Microfracturas.

3. Dolor.

4. Aplastamientos vertebrales.

¿Cuáles son las causas de la osteoporosis?

Sólo en un pequeño porcentaje de los casos se conocen las causas de la osteoporosis. Son las osteoporosis secundarias, en las que ésta aparece como consecuencia de otra enfermedad.

Es el caso de enfermedades endocrinológicas, enfermedades reumáticas, enfermedades hematológicas, o los casos de osteoporosis relacionados con el uso de algunos fármacos como los corticoides o la heparina.

Sin embargo, la gran mayoría de enfermos tienen una osteoporosis primaria, en la que se distinguen tres grandes grupos:

1. La osteoporosis idiopática juvenil o del adulto, sin causa conocida.

2. La osteoporosis tipo I o postmenopáusica, en la que influye decisivamente la falta de estrógenos que se produce en la mujer en ese periodo de su vida.

3. La osteoporosis tipo II o senil, que es la producida por el envejecimiento.

Existen también numerosos factores que aumentan la pérdida de masa ósea que acompaña la edad, y que, por tanto, multiplican el riesgo de padecer osteoporosis y sus consecuencias. Entre ellos cabe destacar la inmovilización o el sedentarismo, el tabaco y el alcohol.

¿A quién puede afectar la osteoporosis?

Se trata de una enfermedad que puede afectar a cualquier persona.

Con el paso de los años todas las personas van perdiendo masa ósea, por lo que la osteoporosis es especialmente frecuente a partir de los 70 años.

También las mujeres en los primeros años después de la menopausia son un grupo especialmente afectado por esta enfermedad.

¿Cómo se diagnostica la osteoporosis?

En la osteoporosis no existen alteraciones de los análisis básicos que permitan hacer el diagnóstico. Aun cuando el diagnóstico de certeza se obtiene con el estudio de la biopsia del hueso, en la práctica habitual se utilizan diversas técnicas radiológicas para el diagnóstico, que además son también útiles para valorar la evolución de la enfermedad y la respuesta al tratamiento.

Las radiografías simples de los huesos afectados muestran osteoporosis cuando ésta ya está bastante avanzada.

En los últimos años se han introducido los distintos modelos de densitómetros, que son capaces de medir la densidad del hueso respecto a un patrón determinado.

La densitometría ósea permite  diagnosticar si hay o no osteoporosis u osteopenia, siendo esta una situación en la que ha comenzado a perderse densidad mineral ósea, predecir el riesgo de fractura e instaurar tratamiento a tiempo.

¿Cómo se trata la osteoporosis?

Como medidas generales, se debe seguir una dieta rica en calcio y baja en proteínas, la abstención de tóxicos como el tabaco y el alcohol, y el ejercicio físico habitual.

Cuando la dieta no garantiza una cantidad adecuada de calcio, deben administrarse suplementos. En muchas ocasiones se asocia la administración de vitamina D, ya que facilita la absorción y utilización del calcio.

Como tratamiento y prevención se utilizan fármacos que disminuyen la reabsorción de hueso. Los estrógenos, y también los moduladores selectivos de los receptores estrogénicos como el raloxifeno, se utilizan en la osteoporosis postmenopáusica, solos o asociados a alguno de los anteriores.

Recientemente se ha introducido en el tratamiento un análogo de la hormona paratiroidea cuya acción es también el estímulo de la formación de hueso, y que está indicado en el tratamiento de la osteoporosis postmenopáusica.

Decálogo para pacientes con osteoporosis 

1. Ingesta adecuada de productos con calcio.  La principal fuente de calcio en la dieta son los productos lácteos. Aunque ello es bien conocido, la población a menudo se pregunta si los productos lácteos descremados tienen menos cantidad de calcio o si todos los quesos tienen un mismo contenido. Es importante saber que los lácteos descremados aportan la misma cantidad de calcio y que los quesos con mayor contenido de calcio son los curados. En líneas generales, se necesita un aporte aproximado de un gramo de calcio al día para que un adulto tenga una buena salud ósea. Ello se puede conseguir por ejemplo con un litro de leche. Pero hay otras fuentes de calcio que pueden contribuir a alcanzar las necesidades diarias como los frutos secos (almendras, avellanas, nueces), legumbres (frijoles blancos, garbanzos), pescados (sardinas en lata con espinas), vegetales (berro, brócoli), semillas (sésamo) y tofu.

2. Exposición “sensata” a la luz del sol. La recomendación general es que haya una exposición diaria al sol de cara, manos y brazos durante 10-15 minutos. Sin embargo, la producción cutánea de vitamina D depende de la estación del año, la latitud geográfica, la hora del día, del color de la piel, la edad y del uso de cremas protectoras solares. Así, por ejemplo, un estudio realizado en Valencia destacaba que en primavera y verano son suficientes de 10 a 20 minutos alrededor del mediodía (7 minutos en julio y 30 minutos en octubre) para obtener la dosis diaria recomendada de vitamina D, a partir de la superficie corporal expuesta según la estación del año. Sin embargo, en invierno, de noviembre a febrero, se requerirían casi dos horas. De este modo, en invierno la dosis media estimada de síntesis cutánea de vitamina D es sólo un cuarto de la recomendada.

Es importante tener cuidado de no exponerse en exceso a la luz del sol por los problemas cutáneos asociados, como el cáncer de piel y el envejecimiento cutáneo.

3. Ingesta de alimentos que aportan vitamina D. La principal fuente de vitamina D es la síntesis cutánea a partir de la exposición a la luz del sol. Sin embargo, la dieta también puede contribuir a adquirir las necesidades diarias, a partir de los alimentos enriquecidos con vitamina D (productos lácteos, cereales y margarina) y de la ingesta de pescados grasos. Así, es recomendable incluir en la dieta salmón, sardinas, atún y caballa.

Otros alimentos pueden contribuir al aporte dietético de vitamina D, aunque en menor cuantía y con una contribución a las necesidades diarias de vitamina D casi testimonial. Entre ellos se incluye la yema de huevo, ciertos hongos especialmente los expuestos a la luz ultravioleta como el champiñón marrón o la seta crimini, además del hígado animal como el de ternera o cordero.

4. Nutrición idónea para la salud ósea. Se requiere una ingesta adecuada de proteínas para la salud ósea pero también para mantener la masa muscular, que es un factor importante en la prevención del riesgo de caídas. Adicionalmente se recomienda una dieta sana con frutas y vegetales que son fuentes de vitamina K (hortalizas de hoja verde, verduras como el brócoli y frutas como el kiwi) y magnesio (hortalizas de hoja verde, semillas de calabaza y lino, almendras). La dieta también debería proporcionar zinc y especialmente vitamina B.

5. Ejercicio físico de forma regular. Es aconsejable realizar ejercicio físico de impacto con el suelo para mantener una buena salud muscular y ósea. Así, el tipo de ejercicio más recomendable es caminar, correr o ejercicio aeróbico de bajo impacto (si la salud de la paciente lo permite). No son recomendables los saltos en pacientes que han sufrido fracturas vertebrales y se deberían sustituir por caminar, con el objetivo de reducir un impacto excesivo en la columna. La práctica de bicicleta o la natación, que no implican contacto con el suelo, son muy recomendables para la salud en general, pero tienen poco efecto en el mantenimiento de la masa ósea.

Los programas de ejercicio físico generalmente incluyen 20 a 30 minutos practicados de forma regular, 2-3 días a la semana, siempre adaptados a las características de la paciente. Los ejercicios más recomendados son los isométricos, de estiramiento y los de extensión de la columna para fortalecer la parte superior de la espalda. Se deben evitar los ejercicios de alto impacto y los que impliquen flexión y torsión extrema del tronco. Así, se debe ser cuidadoso en actividades que pueden requerir estas posturas como son el golf, el tenis, los bolos y algunas posiciones de yoga.

6. Potenciar las posturas y un equilibrio adecuados. Es recomendable mejorar el equilibrio con programas que incluyan 3 horas a la semana de ejercicio físico dirigido a este fin. También se ha sugerido que la práctica regular de Tai Chi puede mejorar el equilibrio y la percepción del esquema corporal y así, contribuir a una reducción de tropiezos, caídas y pérdidas de equilibrio en individuos de edad avanzada.

7. Adecuación del medio y otros consejos para evitar caídas. Se recomienda eliminar del entorno del paciente con osteoporosis todos aquellos objetos que puedan facilitar caídas como, por ejemplo: alfombras, cables eléctricos y telefónicos. Además, es recomendable una buena iluminación de la vivienda asegurando el acceso a la luz en el dormitorio y pasillo, así como el uso de alfombras antideslizantes en la bañera o ducha. Otros aspectos importantes son llevar un calzado adecuado evitando los tacones altos, pantuflas flexibles y zapatos con suelas resbaladizas. No se debe olvidar un buen control de la visión.

8. Evitar fármacos que pueden aumentar el riesgo de caídas. Se recomienda evitar fármacos hipnóticos sedantes, pues la edad avanzada, el sueño deficiente y el uso de los mismos suelen asociarse y aumentan el riesgo de caídas y fracturas, a través de mecanismos relacionados con el deterioro cognitivo y psicomotor. Todo ello provoca disminución de la coordinación, con alteraciones en el equilibrio y la marcha. También se debe ser cuidadoso con la toma de fármacos psicótropos, antipsicóticos y antidepresivos.

Se debe ajustar adecuadamente el tratamiento con fármacos antihipertensivos, ya que se han relacionado con el desarrollo de hipotensión y síncope. Su papel en el riesgo de caídas es controvertido, aunque puede haber un aumento del riesgo de caídas al inicio y con la intensificación del tratamiento.

9. Evitar tabaco y exceso de alcohol. Se recomienda evitar el consumo de tabaco. El papel exacto que desempeña el tabaco en la osteoporosis no está claro, pero se ha descrito una relación directa entre el consumo de tabaco y la disminución de la densidad ósea.

También se recomienda no tomar alcohol en exceso, ya que su consumición crónica y abusiva se asocia a un doble efecto nocivo: aumento del riesgo de caídas y reducción de la densidad mineral ósea.

10.  Acudir al médico si ha tenido una fractura tras una caída banal. Se recomienda consultar con su médico si ha sufrido una fractura no inducida por un atropello, accidente deportivo o de automóvil. Es frecuente pensar que “te has fracturado porque has caído”. Su médico valorará si puede ser una fractura por osteoporosis. Su diagnóstico y tratamiento ayudarán a prevenir el desarrollo de nuevas fracturas.

Consejos para vivir con osteoporosis

Prevención de caídas

Hay que destacar que aproximadamente el 30% de los mayores de 65 años sufren una caída al año, y el 40% de los mayores de 80 años. Un 5% de estas caídas va a ocasionar una fractura. Las personas que sufren de osteoporosis deben de tener mucho cuidado para no caerse.

Consejos generales

Hágase exámenes de la vista y la audición a menudo. Cualquier cambio, aunque pequeño en la vista y la audición, puede afectar su estabilidad. Si, por ejemplo, su médico le prescribiera gafas nuevas, tómese el tiempo necesario para acostumbrarse a ellas y úselas cuando tenga que hacerlo, o si necesita un audífono, asegúrese de que le quede bien ajustado.

Algunos medicamentos que toma pueden tener efectos secundarios que podrían afectar su coordinación y equilibrio. De ser así, pregúntele a su médico o farmacéutico qué puede hacer para reducir las posibilidades de caerse.

Limite la cantidad de alcohol que consume. Hasta una pequeña cantidad puede afectar el equilibrio y los reflejos.

Siempre levántese con lentitud después de comer, acostarse o descansar. El levantarse muy rápido puede hacer que su presión arterial baje, lo cual podría darle la sensación de un desmayo.

Mantenga la temperatura normal en su hogar puesto que el tenerla en un estado extremo (muy caliente o muy frío) le puede causar mareos. En el verano, si su casa no tiene aire acondicionado, utilice un ventilador eléctrico para mantenerse fresco, tome mucho líquido y limite el ejercicio. En el invierno, durante la noche mantenga la temperatura a 18°C o más caliente.

Utilizar un bastón o un andador puede hacerle sentirse más estable cuando camina. Esto es muy importante cuando camina en zonas que no conoce bien o en lugares donde los pasos peatonales no están nivelados. Además, tenga mucho cuidado al caminar en superficies mojadas o con hielo. ¡Éstas pueden ser muy resbaladizas! Solicite que alguien coloque arena o sal en las superficies donde hay hielo.

Haga de su casa un lugar más seguro

Se puede reducir el riesgo y prevenir caídas haciendo cambios en las áreas de la casa que no sean seguras.

En las escaleras, pasillos y caminos:

1. Asegúrese de que haya una buena iluminación e interruptores en la parte de arriba y abajo de las escaleras.

2. Mantenga limpias las áreas por dónde camina.

3. Verifique que todas las alfombras estén aseguradas al piso de modo que no se deslicen. Coloque bandas antideslizantes en los pisos de cerámica o madera. Puede comprar estas bandas en cualquier ferretería.

4. Instale pasamanos desde arriba y hasta abajo, y en ambos lados de las escaleras y asegúrese de que queden bien ajustados.

En los baños principales y en los auxiliares:

1. Instale barras cerca de los inodoros, así como dentro y fuera de la bañera y la ducha.

2. Coloque tapetes, bandas antideslizantes o alfombras en todas las superficies que puedan mojarse.

3. Mantenga las luces de noche encendidas.

En su dormitorio:

1. Ponga lámparas e interruptores de luz cerca de la cama.

2. Mantenga también el teléfono cerca de la cama.

En otras habitaciones:

1. Mantenga los cables eléctricos y del teléfono cerca de las paredes y alejados de las áreas por dónde camina.

2. Fije firmemente al piso todas las alfombras y tapetes.

3. Acomode los muebles (especialmente las mesas de centro) y otros objetos, de modo que no estén en el medio de su camino.

4. Asegúrese de que la altura de sus sofás y sillas sea adecuada de modo que pueda sentarse y levantarse con facilidad.

Ponte en marcha en el camino de cuidar de tu salud.

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