Debido al aumento de las temperaturas, y a medida que nos acercamos al verano, muchas personas (entre el entre el 10% y el 15% de la población) comienzan a padecer problemas de retención de líquidos y mala circulación, que provocan un aumento de cansancio e hinchazón de piernas, edema de tobillos, sensación de hormigueo y calambres, aparición de varices, etc.

Estos fenómenos, que en la mayoría de los casos no constituyen una patología grave, pero pueden ser muy molestas, se producen como consecuencia de la dilatación de las venas, que dificulta el retorno de la sangre hacia el corazón.

Existen muchos factores relacionados con la mala circulación como la deshidratación, la mala alimentación (que estimula producción de colesterol), llevar ropa muy ajustada (que pueda disminuir la circulación de la sangre), la falta de actividad física (que impide que sistema circulatorio que trabaje de forma eficiente), el estrés, ciertas enfermedades como la trombosis venosa, etc.

Por ello, es necesario prevenir y llevar a cabo ciertos hábitos para su tratamiento:

- Evitar el uso de tacones y prendas ajustados durante periodos de tiempo prolongados.

- Seguir una alimentación rica en frutas y verduras.

- No permanecer mucho tiempo de pie sin moverse o sentado o con las piernas cruzadas.

- Dormir o reposar con las piernas más elevadas que la cabeza (10-20 cm).

- Caminar descalzo.

- Utilizar geles de frío y circulatorios.

- Evitar duchas calientes.

- Descansar unos minutos después de comer.

En los próximos posts te contaremos todo lo que necesitas para activar tu circulación.

¡Muévete! Ponte en marcha hacia una vida más saludable.