LA IMPORTANCIA DE FORTALECER NUESTRO SISTEMA INMUNITARIO: LA DIETA EQUILIBRADA

En estos días vamos a hablaros de la importancia de mantener un sistema inmunitario fuerte (como prevención de posibles afecciones) y cómo lograrlo.

“El sistema inmunológico es la defensa natural del cuerpo contra las infecciones”. Se trata de una red compleja de células, tejidos y órganos que funcionan en equipo para defendernos de los gérmenes. Si nuestro sistema inmune no funciona bien, podemos ser más sensibles a las infecciones virales.

¿Cómo podemos fortalecer nuestro sistema inmunológico? 

La mejor manera de protegernos es aplicando algunos hábitos de vida saludables simples. Ello conlleva una alimentación equilibrada, realización de ejercicio regular, gestión del estrés y un buen descanso. 

Con el objetivo de recoger cada uno de los aspectos que intervienen en su consecución, lo dividiremos en varias entregas en el blog: 

1- La importancia de mantener una dieta equilibrada

2- “Gestión del estrés: ejercicio diario” - Cómo podemos gestionar el estrés a través de la realización de ejercicio diario.

3. La importancia de un buen descanso diario.

I. LA IMPORTANCIA DE MANTENER UNA DIETA EQUILIBRADA

Los especialistas en Nutrición y Dietética de la salud recomiendan mantener una dieta sana y equilibrada. Ésta consiste en cumplir varios factores básicos para que nuestro organismo funcione correctamente y no sufra carencias alimentarias.  

Los especialistas insisten en que lo más recomendado es seguir unos hábitos sencillos con el objeto de mantener un estado de salud adecuado. 

A continuación, os dejamos unos tips básicos por si os puede servir de ayuda:

Como norma  general debemos hacer un mínimo de 5 comidas diarias, una toma cada 3-4 horas.  Siguiendo este orden conseguiremos mantener el metabolismo, las constantes vitales y los niveles de glucosa en sangre, además llegaremos a las comidas principales con un grado menor de ansiedad. 

En el desayuno podemos combinar una pieza de fruta, con un lácteo (leche, yogur o queso) y cereales integrales, bien sea una tostada de pan, galletas o cereales. 

A media mañana es bueno recargar energía, así evitamos la ansiedad y el picoteo.  Rompe el ayuno y completa las raciones recomendadas de lácteos, cereales y frutas. En este caso como alternativa podemos tomar una barrita de cereal o frutos secos crudos o salados de manera que evitamos las grasas malas.

A la hora de comer una opción sencilla es combinar Verdura + Proteína + Carbohidrato Integral.

En las verduras tenemos muchas opciones, calabacín, berenjena, calabaza, lechuga, escarola, canónigos, rúcula, pimientos, champiñones, setas, espinacas, acelgas, brócoli, cardo, coliflor, cebolla, pepino, espárragos, tomate, berros, alcachofas, zanahoria, palmitos, etc. Si no tenemos verdura fresca podemos recurrir a las congeladas o en bote ya que nos van a aportar el mismo contenido de vitaminas y minerales. Dentro de las proteínas encontramos pollo, pavo, conejo, liebre, ternera, carne picada, cordero, cerdo, Pescados (blanco y azul), huevos y Mariscos y bivalvos.  Respecto a los Carbohidratos Integrales podemos elegir entre legumbres, arroz, pasta, pan, maíz, patata, tapioca, cous cous o harinas. De postre podemos elegir entre una pieza de fruta o un yogur. Todo lo anterior cocinado o aliñado con aceite de oliva.

Para la cena, planifica previamente lo que vas a tomar para no coger lo primero que encuentre en la nevera. De noche son preferibles los alimentos de fácil digestión y lo mejor es que sea sencilla y baja en grasas. Podemos hacer la misma combinación que en la comida, reduciendo a la mitad el carbohidrato.

No nos podemos olvidar de beber agua durante todo el día, es importante mantener una hidratación correcta. La recomendación es beber 2 litros de agua a lo largo del día. 

Por último, es fundamental comer despacio y masticar bien con el fin de tener una correcta digestión y no ingerir más cantidades de las necesarias.

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